
Director de la Escuela Social del RCTB-1899
Siempre vinculado al mundo del tenis, antes de llegar al RCTB-1899 pasó por la academia Pro-AB, pero donde desarrolló la mayor parte de su trayectoria profesional fue en el RC Polo de Barcelona durante 16 años. Allí ocupó diferentes cargos de responsabilidad y fue el coordinador de competición. En el RCTB-1899 lleva seis temporadas. Primero comenzó como coordinador de Tecnificación y Competición Club y ahora es el director de la Escuela Social.
Además de tener estudios de derecho, tiene toda la formación de ‘coaching transformacional de empresa’ y de ‘programación neurolingüística’, conocimientos que aplica para gestionar equipos de trabajo y para conseguir los objetivos establecidos.
¿Cuánta importancia tiene el entrenador en el nivel de juego de un tenista?
El entrenador es una pieza clave que influye en la confianza del jugador. El tenista tiene que sentir que para su entrenador es una persona muy importante y el entrenador tiene que entender que preparar a un jugador no solo se debe hacer en la pista. Hay que ir más allá y preocuparse por él. Si el jugador percibe que el entrenador confía en él y le ve capaz de conseguir todo lo que se proponga, tendrá más motivación para jugar al tenis.
¿Cómo tiene que ser la relación del entrenador con el alumno?
Ningún jugador aprende de un entrenador que le cae mal. El punto de partida tiene que ser la conexión entre los dos y se tiene que generar simpatía, proximidad y diversión. Una vez se ha conseguido eso, será más fácil inculcar todos los aspectos técnicos y tácticos que transmita el entrenador.
¿De los alumnos que has tenido, cuál ha sido el que más te ha impresionado?
He entrenado a muchos jugadores y me cuesta quedarme con uno. Yo destacaría especialmente a aquellos alumnos que, a pesar de no tener un talento innato, se esfuerzan y trabajan mucho para conseguir sus objetivos y superar su nivel. Si tenemos talento y actitud, entonces ya es lo máximo, pero principalmente valoro mucho la predisposición de los niños y niñas.
¿Cómo debería ser la actitud de los padres hacia el alumno que ya participa en competiciones?
Lluís Bruguera tenía una frase que decía: “ni con los padres ni sin los padres”. Las familias son una pieza importante, pero no la más importante. Cada persona del entorno del tenista tiene que jugar un rol especial y creo que el papel de los padres es el de hacer que todo sea posible (alimentación, organización del fin de semana, desplazamientos...). Una vez el alumno está dentro del mundo de las competiciones, los padres le tienen que hacer ver que el tenis no es tan importante. Tienen que delegar la función técnica y táctica a los entrenadores. Sin los padres sería imposible que el jugador cumpliese con toda la agenda deportiva que tiene.
Admiras por cómo juega...
De pequeño tenía como ídolos a Matts Wilander, Ivan Lendl, Stefan Edberg o Andre Agassi, pero si me tuviese que quedar con uno solo sería claramente con Rafa Nadal. Siempre me ha impactado su capacidad de superación y es un referente para todo el mundo. También creo que es un referente para entrenadores, jugadores y familias por la capacidad que tiene de procesar todo lo que sucede en una pista. Me llama mucho la atención cuando le escucho hablar en entrevistas por su capacidad de analizar y de sacar presión de muchas cosas. Me quedo con una frase suya que dice que “a veces, cuando uno se enfada es porque sus expectativas están más altas de las que son realmente”. Al final, antes de enfadarnos por perder un partido deberíamos aceptar que el rival que tenemos delante es mejor que nosotros. A mí me parece espectacular que un jugador vea así una competición o un partido. Y eso es aplicable a nuestros alumnos y a la capacidad de trabajo y esfuerzo que les queremos inculcar como profesores.