El domingo 11 de octubre, Rafa Nadal cedió la final del ATP 500 de Pekín ante el número uno, el serbio Novak Djokovic, por un doble 2-6. Más allá de la amarga derrota final, comprensible dada la entidad del rival y las molestias que sufrió en un pie, la semana ha sido muy positiva para el jugador del RCTB: asciende al puesto nº 6 del ranking, acercándose a su clasificación definitiva para el Masters de Londres, y recupera sensaciones en su progresivo tránsito hacia su mejor versión tenística.
En su complejo trayecto hasta la final, Rafa recuperó en los momentos decisivos la firmeza psicológica que tanto ha echado en falta este último año. Arrancó resolviendo un partido incómodo ante el chino Di Wu con un doble 6-4. Mejoró algo sus prestaciones ante el canadiense Vasek Pospisil, al que superó en un aguerrido duelo por 7-6(3) 6-4. En cuartos de final, supo reaccionar a la pérdida del primer parcial ante el estadounidense Jack Sock, para acabar imponiéndose gracias a un juego más agresivo por 3-6 6-4 6-3.
Y en semifinales tuvo ocasión de resarcirse ante su compañero del RCTB Fabio Fognini, que le había superado en sus tres duelos de 2015: en Rio de Janeiro, Barcelona y Open USA. Nadal siguió desarrollando un tenis valiente y alcanzó la final con un solvente 7-5 6-3. Fue su quinta final del año, con un balance de tres victorias, Buenos Aires, Stuttgart y Hamburgo, y dos derrotas, Madrid y Pekín.
Rafa se mostró satisfecho de su actuación en China: ‘Estoy muy contento de cómo he jugado esta semana, sobretodo porque he sabido mejorar en cada partido. Especialmente en cuartos de final tras el primer set contra Sock, porque cambié la dinámica. He jugado cerca de la línea’.
La final de Pekin fue el partido nº 45 entre Nadal y Djokovic. Una rivalidad, la más repetida en la historia del tenis, que se salda por el momento con un aventaja de 23 a 22 para el balear. Eso sí, en los últimos ocho enfrentamientos la victoria ha sido siempre para ‘Nole’, a excepción de la final de Roland Garros de 2014.
