
David Ferrer se ha clasificado para las semifinales del Open de Australia a costa de un Rafa Nadal que jugó desde mediado el primer set con molestias en los isquiotibiales de la pierna izquierda. Siempre quedará la duda de cómo se hubiera desarrollado el partido en caso de no mediar lesión alguna, pero el 6-4 6-2 6-3 favorable al alicantino pone fin a la ilusión de Nadal de encadenar un cuarto ´grande´ consecutivo. El mallorquín salió trastabillado por una fiebre en Doha, perdió algún kilo de más, sufrió sudores que le llevaron a renunciar a su indumentaria habitual y al final se le ha acabado
A la espera de que se confirme el alcance de la lesión, no cabe duda de que el partido estuvo marcado por esa circunstancia. Como el propio Ferrer reconoció al final, hubiera sido difícil que ´me llevara el partido por tres sets a cero de no haber sucedido algo extraño´. Eso es así, aunque por otro lado no conviene restar méritos a un David Ferrer que se encuentra en su momento más dulce: se anticipa a los tiros del rival, corre todo y más, dispara de derecha con la fiabilidad de siempre y ha ganado mucha confianza con el revés.
Y como muestra de todo ello, un dato: todavía no ha perdido un partido en 2011. Ganó en Auckland y en el Open de Australia se ha deshecho sin excesivos problemas de rivales asequibles hasta eliminar a Nadal. Veremos cómo responde ante Andy Murray, que por su parte tampoco se ha cruzado aún con un rival de empaque. Por el otro lado del cuadro tanto Federer como Djokovic han impuesto su jerarquía en tres sets ante Wawrinka y Berdych respectivamente. Frustrado el sueño de una nueva final Nadal-Federer, sólo nos queda apoyar al bueno de Ferrer con la ilusión de ver a un español en la final del domingo.