Rafa Nadal no pudo completar su regreso a la competición con una victoria al caer derrotado en la final del Torneo de Viña del Mar, en Chile, por el argentino Horacio Zeballos. El resultado, 6-7(2), 7-6(6) y 6-4, fue el mejor indicador de la tremenda igualdad que se vivió sobre la pista. Pero tras más de siete meses de descanso forzado debido a su lesión en el tendón rotuliano de la rodilla izquierda, el propio Nadal admitió estar muy satisfecho con su vuelta a las pistas.
Zeballos, de 27 años, es el número 71 del mundo. En otras circunstancias, esta final nunca se le hubiera escapado, como refleja el hecho de que hasta el domingo sólo le habían superado en una final sobre tierra batida dos pesos pesados como Federer y Djokovic. Pero si por algo sobresale tanto Nadal como su entorno más cercano es por su inteligencia. En ese sentido, su reacción destacando sus buenas sensaciones en su regreso a las pistas es una muy buena noticia. Rafa es el primero en ser consciente de que aún le queda mucho trecho por recorrer para alcanzar su mejor nivel y se da margen para ello.
Nadal también perdió la final de la prueba de dobles formando pareja con el argentino Juan Mónaco. El manacorí acusó el cansancio tras la dura final individual y acabó sucumbiendo ante la mayor solidez de los italianos Potito Starace y Paolo Lorenzi, que ganaron por un claro 6-2 6-3.
