
370 asistentes disfrutaron de la noche más especial del Torneo donde se homenajeó a una leyenda del Club como Arantxa Sánchez-Vicario.
A las 20.30h de la noche, comenzaron a desfilar por La Terrassa de l'Hospitality los asistentes a la Cena del Godó, uno de los momentos más esperados del Torneo en la noche previa a las grandes finales. Allí, en el momento de la llegada, se sirvió un aperitivo de bienvenida.
Antes de pasar al comedor, se vivió un momento emotivo ya que el Club quiso rendir homenaje a una de sus leyendas: Arantxa Sánchez-Vicario. La ex tenista recibió un reconocimiento por su brillante trayectoria y éxitos así como por el estrecho vínculo que siempre ha mantenido con nuestro Club. Jordi Cambra, presidente de la RCTB-1899, hizo entrega a la exjugadora de una placa conmemorativa de recuerdo, así como un ramo de flores.
Tras este momento y la merecida ovación, los asistentes fueron tomando lugar en las mesas de la planta baja el Restaurante de l'Hospitality espectacularmente engalanadas para la ocasión con tulipas.
Con los comensales en mesa, Aspic comenzó a servir los platos, que hicieron las delicias de todos los asistentes. El primer plato consistió en una crema de melón y calabaza braseada con helado de cítricos, timbal de marisco y Jabugo. De segundo se sirvió filete de ternera con crema de murgas y trufa, preludio de los postres que consistieron en cardenal de nata con chocolate caliente & Tatin con helado de leche merengada.
Uno de los momentos sorpresa de la noche fue en el instante en que Lluc Crusellas, reconocido como mejor chocolatero del mundo, hizo aparecer de cocina una espectacular Mona de Pascua. Una reproducción en miniatura se llevaron de regalo todos los comensales.
Antes, como ya es tradición, se realizó un sorteo de regalos gentileza de los patrocinadores y colaboradores del Club. Aportaron regalos la peluquería femenina del Club, Ana Riera, Roger Selga, la Familia Torres, Gramona, ISDIN, Lenovo, VistaOptica, Mango, La Roca Village, Wilson y B Travel.
Al concluir la Cena, la fiesta se alargó en La Terrassa donde hubo tiempo para la música, las copas y los brindis hasta las dos de la madrugada.