
El domingo 18 de agosto Rafa Nadal ganó el Masters 1000 de Cincinnati, el único de esta categoría que tenía pendiente, batiendo en la final al norteamericano John Isner por un ajustadísimo 7-6 (8) 7-6(3). Desde su regreso al circuito tras siete meses de ausencia por lesión, el jugador del RCTB no ha perdido ni un sólo partido en pista dura, lo que le ha reportado los títulos de Indian Wells, Montreal y Cincinnati.
El de Ohio es nada menos que el noveno título del año para Nadal (sumado a los de Sao Paulo, Acapulco, Indian Wells, Godó, Madrid, Roma, Roland Garros y Montreal), que completa su inverosímil hoja de servicios este 2013 con las finales perdidas en Viña del Mar (Horacio Zeballos) y Montecarlo (Djokovic), y el único borrón de su eliminación en primera ronda en Wimbledon. Además, con el de Cincinnati se desmarca aún más como el jugador que más Masters 1000 ha ganado, ascendiendo su cifra récord a 26.
Rafa, contra toda lógica, ha vuelto tras siete meses de inactividad y no es que haya tenido problemas para recuperar su nivel anterior, sino que lo ha incrementado. El manacorí ha apostado por un juego más agresivo y, a su habitual contundencia con la derecha, ha añadido un revés mucho más definitivo, especialmente el cruzado, y un saque más afinado. Así quedó patente en la final de Cincinnati, en la que tuteó a un gran sacador como el gigantón Isner y acabó ganando un partido en el que no hubo ni un solo break.
Nadal asciende de este modo al segundo puesto del ranking ATP, en detrimento de Andy Murray, y tiene a tiro acabar el año como número 1. Todo pasa por continuar con su racha inmaculada en pista rápida y ganar el US Open, que empieza el próximo lunes 26 de agosto. Algo que vista la irregularidad de sus rivales directos en la gira norteamericana, y la fiabilidad del propio Nadal, no parece a priori nada descabellado.
¡Felicidades Rafa!